Para la nacionalidad Siekopai, yoko es una planta de mucha importancia. En las madrugadas los padres, madres, abuelos y abuelas se levantan para beber yoko. Mientras tuercen la chambira, a sus niños y niñas les aconsejan sobre los valores, el respeto y cuentan historias del bosque, de los antepasados. Además se planifican los trabajos que deben realizar cada persona de la familia y comparten sus sueños por las mañanas. Antes de realizar cualquier actividad siempre tomaban yoko, para ir a la cacería, pesca o trabajos en las chacras (huertas tradicionales) etc.
Sin embargo estas prácticas se están perdiendo poco a poco. Nuestras familias están olvidando estos conocimientos, estamos perdiendo las plantas y como consecuencia los niños ya no conocen gran parte de los saberes de su cultura.
La reducción del territorio, la pérdida de espacios naturales por la colonización, actividades de monocultivo y la influencia del mundo occidental ha hecho que las personas de las comunidades se adapten y modifiquen su cultura hacia otro modelo de vida. Estamos perdiendo de forma acelerada los valores ancestrales y la conexión con la naturaleza entonces vemos amenazada la vida y proliferación de las plantas pues estas ya no son cultivadas, los abuelos ya no pueden encontrar en abundancia y el consumo de yoko se vuelve escaso, desapareciendo uno de los espacios más importantes para las familias.
Me siento triste ver a los jóvenes en la actualidad que han perdido la conexión con nuestra cultura. Muchos de ellos no conocen los cuentos, las historias, ni nuestra cosmovisión. En la actualidad no he visto a ningún jóven tomando yoko y que sepa preparar la bebida. Esto me lleva a pensar que si se pierde el yoko perdemos toda la sabiduría y la herencia de nuestros ancestros. Estaríamos perdiendo todas las conexiones que tenemos con nuestro territorio.
Frente a lo que está sucediendo estamos llevando acciones que nos pueden ayudar a fortalecer como pueblo. Se está implementando huertos para recuperar el yoko, en donde se plantea enseñar a los niños, niñas, jóvenes y adultos la importancia de la planta, su cultivo y sobre de sus beneficios para la salud.
Mi visión siempre ha sido cuidar el territorio y mantener viva la cultura. Por eso me he organizado para realizar talleres con los niños y niñas de las escuelas en donde los abuelos enseñan la importancia que tiene las plantas. Hoy finalmente tenemos un documental sobre el yoko, y lo que queremos rescatar es la importancia que tiene el yoko y sus beneficios.
Mi padre siempre me ha inspirado mucho. Se llama Roberto y en su infancia vivió en la selva sin contacto con la civilización mestiza. Siempre me cuenta de su vida como era en aquel tiempo, y cómo lo está viviendo en la actualidad con sus nietos, vive en carne propia el constante cambio en su territorio y de su cultura. Compartir durante el rodaje de este documental fue muy increíble, momentos únicos vividos en el desarrollo del documental.
En este documental también figura Manolo, Fausto y Cesar, son parte del proceso de recuperación de yoko, son conocedores e impulsores del cuidado de la cultura Siekopai. Con quienes debatimos largas horas de cómo se puede trabajar en la recuperación de yoko y otras plantas medicinales y cómo se debe mostrar esto a la gente.
Realizar este documental ha sido un reto muy grande y de mucho aprendizaje. Siempre soñé realizar un documental de mi cultura. Gracias a la Alianza Ceibo y en Especial a Jerónimo Zúñiga por guiar en la realización de este documental. Para mi la parte más difícil es como hacer para contar la historia y que el mensaje llegue bien a los demás, que realmente llega a las personas de mi comunidad. A través del documental, queremos llegar a los jóvenes, niños, niñas de mi nacionalidad que este documental no se trata solo sobre yoko, es algo más. Es toda una sabiduría de nuestros ancestros. Valoremos lo nuestro y seamos orgullosos de nuestras raíces.
Sobre el autor
Jimmy Piaguaje
Equipo Siekopai