Este programa tiene su corazón en la dignidad de nuestros pueblos y nuestro deseo de exigir y defender nuestros territorios y nuestra vida. Muchas veces los gobiernos y las empresas han usado la ley para imponernos sus intereses, y la ley también puede ser un mecanismo eficaz de protección si la conocemos y sabemos usarla. Mediante la capacitación de Defensores y Defensoras de las cuatro nacionalidades, de la asesoría técnico jurídica y del acompañamiento a los procesos de exigibilidad y denuncia que inician las comunidades, buscamos que el Estado cumpla con sus obligaciones de protección, garantía y acceso a derechos.
Al mismo tiempo, busca construir alianzas con otros pueblos y procesos. La ley debe estar en las manos de las comunidades y servir como herramienta para sus procesos de defensa y protección de sus territorios, para su pervivencia. Los defensores y defensoras trabajamos junto a nuestras comunidades identificando amenazas contra nuestras vidas y territorios, para definir y poner en marcha procesos de unidad, defensa y protección.